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Matrimonios infantiles y uniones tempranas incrementan pobreza social

Uno o los dos  miembros de la pareja es menor de 18 años. 

Por Cecilia De Alba Narváez

Comisaria de Familia.

Los Matrimonios Infantiles y las Uniones Tempranas (MIUT),  son cualquier tipo de unión, formal o informal,  en el que uno o los dos  miembros de la pareja es menor de 18 años. 

Los MIUT, son un acontecimiento que condenan a los adolescentes, especialmente mujeres, a una vida con derechos restringidos, se desescolarizan, se someten a relaciones sexuales  y maternidad precoz, con un cuerpo sin madurar  lo suficiente, exponiendo su salud y su vida. Además se  someten a trabajos domésticos,  subordinados  a su pareja y/o su familia y pierden toda  la posibilidad de soñar con  su propio proyecto de vida.  Los MIUT son una vulneración a los derechos de la pareja menor de edad y de sus descendientes, que crecen con madre o padres sin preparación y llenos de frustraciones.

Un alto porcentaje de  víctimas de esta forma de violencia de género,  son hijas de  familias empobrecidas, ubicadas en entornos rurales, y/o asentamientos étnicos,  víctimas de conflicto armado, migrantes.

Alrededor de 650 millones de mujeres vivas hoy, experimentaron MIUTF en el mundo cuando eran niñas y adolescentes, y para 2030 se proyecta que esta cifra aumente en 150 millones de niñas, adolescentes y mujeres (UNFPA, 2020)*.

Según reporte publicado por UNICEF 2022, en el 2018 en América Latina, y el Caribe (ALC), una de cada cuatro mujeres jóvenes contrajo matrimonio por primera vez o se encontró en una unión temprana antes de cumplir los 18 años.  

Para el caso de Colombia, este reporte señala que para 2018 más de 340.000 niñas y adolescentes (el 8,6 % del total) estaban casadas o en uniones tempranas, significa que el 23% de las mujeres de 20 a 24 años estaban casadas o unidas antes de los 18 años y el 5% antes de los 15 años.

Según el mismo estudio los departamentos fronterizos y con población afrodescendiente, indígena y emigrantes es donde más prevalecen los MIUT:   Vichada (5,3 %), Amazonas (4,3 %), Chocó (4,2 %) y La Guajira (3,9 %) en el caso de niñas de 10 a 14 años y de Vichada (29,8 %), Magdalena (24,5 %), Arauca (24,0 %), César (23,8 %), y La Guajira (23,2 %) en adolescentes de 15 a 19 años. (UNICEF 2022).

Colombia figura en el puesto 20 de la lista de países del mundo con más niñas casadas o en uniones forzosas antes de cumplir los 15 años, y el número 11 de América Latina y el Caribe.

La legislación colombiana  permite el matrimonio infantil desde los 14 años, siempre que se cuente con una autorización  notariada suscrita por  los padres o tutores; sin ningún otro requisito, relacionado con garantizar el consentimiento informado, asesorado, orientado por especialistas (psicólogos, trabajo social, jurídicos); que protejan a la  adolescente en este acontecimiento tan vital, de una presunta explotación, abusos, etc.

Las uniones maritales de hecho,  no contemplan  la obligación de registrarlas oficialmente, por lo tanto no hay un dato real estadístico,  careciéndose  de la posibilidad de monitorear o hacer acompañamiento y seguimiento a las menores de edad expuestos en  estas relaciones que conllevan en su mayoría violencia de género.

La tendencia después de la pandemia (COVID19), con el cierre de escuelas y el mayor empobrecimiento poblacional, es el aumento de los MIUT; fenómeno social y de violencia de género  que  no aparece  como un tema nacional de urgente atención,  y que “urge de políticas públicas”  para cumplir con la AGENDA 2030,  (Objetivos para el Desarrollo Sostenible), que estableció como meta eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado.

Apostarle a esta meta universal,  requiere que el  Gobierno  colombiano, las  ONG, grupos gremiales  y líderes sociales  promuevan acciones, campañas que visibilicen los MIUTC, como una tragedia para los adolescentes y un atraso para las comunidades; porque saca del sector educativo y de producción a una gruesa población activa, y los sumerge en una relación de pobreza y estancamiento personal,  ciclo de pobreza que puede persistir por generaciones (Unicef-2022).

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